Una chica joven, apenas en edad legal de beber, se encontró en una posición comprometedora con un hombre mayor.Sus manos vagaban por su cuerpo, explorando cada centímetro de su piel.Cuando intentó apartarlo, lo tomó como una invitación a adentrarse entre sus piernas.Con un rápido movimiento, separó sus pliegues, rasgando su himen en el proceso.La vista de sus sábanas ensangrentadas era un testimonio de su pérdida de virginidad, pero no era nada en comparación con la sensación que recorría su cuerpo.Su primer sabor a placer era intenso, casi abrumador.El dolor de que su himen estuviera siendo roto fue rápidamente reemplazado por olas de éxtasis mientras ella se rindía a sus avances.La visión de su propia sangre en su piel solo sirvió para aumentar su excitación, y se encontró anhelando más.Esto fue solo el comienzo de su despertar sexual, y sabía que no había vuelta atrás.