Me quedé recostado en la playa, tomando el sol y disfrutando de la vista, cuando mi hijastro me pilló en el acto de darme placer.Su cara se puso de color rojo brillante mientras él se masturbaba, dejándome sentir bastante incómoda.Sin embargo, no pude evitar preguntarme si este encuentro conduciría a algo más excitante.Al fin y al cabo, tuve mucho que compartir con él, incluidas mis amplias curvas y un centro delicioso y jugoso que sabía que anhelaba.Al regresar a casa, lo encontré esperándome, sus ojos se llenaron de curiosidad y deseo.Lo seduje con mi voluptuosa figura, mis suaves curvasy mi invitador y teso tesoro.Sabía que tenía que darle un sabor a mi pasión, y hice precisamente eso.Nuestro encuentro fue intenso, lleno de placer y satisfacción, mientras nos exploramos los cuerpos mutuamente y nos entregamos a nuestros deseos más profundos.