En los salones descalzos de un aula universitaria, un par de chicas se encontraban sucumbiendo a sus deseos primarios.Su clase de inglés había dado un giro inesperado, pues descubrían la emoción embriagante del placer mutuo.El riesgo de ser pilladas solo aumentaba su excitación, pues se entregaban a la cruda y sin filtro pasión que las consumía.Mientras la voz de los profesores se desviaba por la puerta abierta, apresuradamente se despojaban de ropa, dejando al descubierto su desnuda vulnerabilidad.Sus dedos bailaban sobre sus cuerpos, explorando cada grieta y curva, a medida que sus gemidos se mezclaban con la suave rugida de las páginas girando.Su excitación era palpable, su deseo insaciable. Sus manos se encontraban, explorando los contornos de sus cuerpos, sus dedos se enredaban en un baile de placer.La tensión se construyó, sus cuerpos se estremecían de anticipación.Y entonces, con un grito ahogado, llegaron al pináculo del éxtasis, sus cuerpoes convulsionaban en las gargantas del orgasmo.El clímax era explosivo, el placer indescriptible.Y a medida que se pasaban, sus cuerpo se entrelazaban, sabían que aquella era una experiencia que jamás olvidarían.