Siempre he sido el tipo para disfrutar de alguna estimulación auditiva cuando me entrego a mi propio auto placer.Últimamente, mi curiosidad ha sido provocada por las vocalizaciones que vienen del apartamento de al lado.No es frecuente que pueda escuchar cada pequeño detalle de sus momentos íntimos, pero cuando puedo, agrega una capa extra de excitación a mis sesiones en solitario.Al acostarme en la cama, mi oído se apretó contra la pared, pude escuchar claramente los sonidos de mis vecinos llegando al pináculo del placer.Sus gemidos eran fuertes y apasionados, llenando la habitación con una sensación de deseo crudo y sin filtros.Esta estimulación auditiva solo sirvió para aumentar mi propia excitación, y me encontré incapaz de resistir las ganas de continuar mi propio viaje hacia el éxtasis.Con cada momento que pasaba, mis propios gemidos se unían a la sinfonía de placer que venía de la puerta de al lado, creando una combinación atalizante de sonidos que solo sirvieron para alimentar aún más mis propios deseos.