En un ámbito de cruda pasión me encontré atado y humillado, mi cuerpo a merced de una figura dominante.¿La tarea que tenía entre manos?, ¿someterme a un enema, una prueba de resistencia que me dejó de rodillas, reteniendo cada gota en mi trasero.Como la presión se acumulaba, también lo hacía la anticipación de la inminente humillación.El clímax llegó cuando me ducharon gotitas doradas, un espectáculo degradante que me dejó estremeciendo de vergüenza.Mientras tanto, mi naturaleza sumisa me obligó a darme placer, mi propia humedad se derramaba en una tentadora demostración de sumisión.Esta es una historia de fetiche, un video casero que profundiza en las profundidades de la humillación, un testimonio de la dinámica de poder del deseo y control.