Una belleza europea tentadora, con una figura voluptuosa y un deseo insaciable, anhelaba el sabor de sus hermanastros correrse en sus pechos.Su hermanastro, un joven con una merienda para satisfacer sus ansias carnales, la complaceba.Le provocaba los pezones, enviándole estremecimientos por la columna, antes de sumergir su lengua en su dulce néctar.La vista de él complaciéndola encendió un fuego dentro de ella, avivando su hambre por más.Ella correspondía con ansias, sus labios y lengua haciendo magia en él, volviéndolo loco de placer.Sus cuerpos entrelazados en un baile apasionado, sus gemidos resonando por la habitación.Le hundió su palpitante miembro, estirándola bien abierta, llenándola con cada centímetro de su longitud.Sus dedos se dirigieron a su clítoris, enviéndola a nuevas alturas de éxtasis.El clímax era explosivo, su liberación caliente recubriendo sus pechoes, dejándola satisfecha y anhelando más.