Fue una tarde de verano abrazada cuando me vi sola con mi hermanastra de 18 años, Adoro.Su madre estaba en la ducha, así que decidimos aprovechar al máximo nuestro momento privado.Adoro siempre había sido una chica despampanante, y no pude resistir el encanto de su dolor bien torneado.Aproveché para disfrutar de su deliciosa verga trasera, explorando cada centímetro de ella con mi boca.Ella respondió con un gemido de placer, alimentando aún más mis ganas.Luego volteé mi atención a su apretado, invitador trasero, ansioso por darle una probada de placer anal.Adoro estaba un poco aprensivo al principio, pero pronto ella gemía de éxtasis mientras la llenaba con mi miembro palpitante.Al llegar a nuestro clímax, liberé mi semilla profundamente dentro de ella, dejándola con ganas de más de mi caliente y sabroso semen.Fue un día de pasión pura y sexo anal inolvidable con mi hijastra.