Después de una sesión tumultuosa de terapia familiar, mi hermanastra, Kate Rehi, decidió ayudarme a relajarme.Ella me instruyó a tocarme, guiándome a través del proceso de auto-placer.A pesar de sus advertencias sobre cruzar los límites, no pude resistir el edificio de tensión erótica entre nosotros.Mientras seguía sus instrucciones, mi excitación creció, y pronto me perdí en el placer del momento.Incapaz de resistir el éxtasis, llego al clímax, dejándome sin aliento y cumplido.La experiencia fue intensa, empujando los límites de nuestra relación, pero el placer fue innegable.