El otro día, mi amiga se acercó y trajo consigo la belleza asiática más impresionante.Su cuerpo era una combinación perfecta de inocencia y sensualidad, con sus grandes y firmes tetas y una sonrisa que podía derretirar el corazón de cualquiera.Me encontré irresistiblemente atraída hacia ella, y supe que tenía que tenerla.Después de unos tragos, nos dirigimos a mi baño, donde realmente las cosas comenzaron a calentarse.Bajé sus bragas, dejando al descubierto su dulce y rosado coño.No perdí tiempo en hundir mi monstruosa verga dentro de ella, follándola tan fuerte que las paredes del baño estaban temblando.Sus gemidos llenaron la habitación, llevándome aún más salvaje.La tomé de espaldas, su hermoso culo rebotando mientras la cogía.Luego la volteé y continué mi implacable ataque, haciéndola correrse una y otra vez.Al final, ambos estábamos chorreando de sudor y satisfacción, nuestros respiraciones entraban en jadeos entrecortados.Era un viaje salvaje, y no lo hubiera tenido de otra manera.