Después de un acalorado juego de baloncesto, mi camarada decidió hacerme una visita en mi casa.Poco sabía, lo que comenzó como una resaca casual pronto se convertiría en un encuentro salvaje y lujurioso.Al pasar por la puerta, el aire era grueso con anticipación.Incapaz de resistir el tirón magnético entre nosotros, dejamos que nuestros deseos se apoderaran.Nuestros labios se encontraron en un ardiente beso, nuestras lenguas se entrelazaban en un baile de deseo.Ambos éramos insaciables, nuestro hambre mutua crecía con cada respiración.Nuestros cuerpos se entrecruzaban, descalzos en la suave alfombra, nuestros gemidos resonando en la habitación vacía.El sabor de ella, la sensación de ella, era intoxicante.Sus voluptuosas curvas, su deliciosa piel ébano, sus amplios atributos - todo eso me estaba volviendo loca.¿Y ella?Igual de deseo, su gran clítoris palpitante de deseo.Esta no era una sesión de maquillaje ordinaria - era un encuentro apasionado y en toda regla que nos dejaba a ambos completamente drenados y completamente satisfechos.